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sábado, 27 de agosto de 2011

DIBUJOS DEL PADRE TIRSCH SOBRE BAJA CALIFORNIA

Los dibujos del padre Tirsch sobre Baja California
Durante los trescientos largos años que fue el periodo colonial en México la visita de extranjeros, de aquellos venidos de otros lugares que no fueran la Vieja España no eran posibles, pues se pensaba que aquellos que no fueran súbitos de la Corona Española vendrían a la Nueva España para dar cuenta de sus riquezas, pasar la información a sus gobernadores y luego ser víctimas de una invasión, sin embargo al adentrarnos en la historia de la evangelización, consecuentemente del poblamiento de la California notamos la presencia, a lo largo del siglo XVIII, de la presencia de personajes, la mayoría de ellos de la orden Jesuita, venidos de lo que ahora se denomina la Europa del Este: Croacia, República Checa, Eslovaquia... el dibujo que vemos fue hecho en la Baja California, quizá en Santiago, por el padre Ignaz Tirsch, entre 1762-1767. Uno de los dibujos más antiguos que retratan la vida cotidiana en San José del Cabo lo tenemos gracias a la habilidad del padre Tirsh, es el que estamos viendo ahora. " Ignacio Tirsch nació en la ciudad de Comotau, en Bohemia, en 1733. En 1754, o sea a los veintiún años de edad, ingresó en la Compañía de Jesús. Algún tiempo después, trasladándose a Cádiz, se embarcó allí con rumbo a Veracruz para concluir sus estudios en la Nueva España, a donde había sido destinado por sus superiores como futuro misionero en las apartadas regiones del noroeste mexicano. Tirsch que pronto comenzó a ser conocido con la versión castellana de su nombre como "el padre Ignacio", pasó algunos años en el Colegio Máximo de los Jesuitas. Allí y también más tarde en el Colegio del Espíritu Santo, en Puebla, dio remate a sus estudios y se familiarizó a la vez con la vida y costumbres novohispanas". (1) Lo que ahora vemos es el dibujo del padre Tirsch en donde retrata la vida cotidiana de Santiago de los Coras, población en el actual municipio de Los Cabos. "A mediados del verano de 1761 el padre Ignacio, en compañía de otro jesuita, oriundo también de Bohemia, que llegaría a ser célebre explorador del norte de la Baja California, Wenceslao Linck, emprendió la marcha hacia Sinaloa y Sonora, donde pudo visitar varias de las misiones establecidas por sus hermanos de orden religiosa. Algo más tarde, en 1762, después de una breve travesía, llegó al puerto y presidio de Loreto, capital entonces de California. Al parecer su destino permanente en la península, durante los cinco años de su estancia en ella, fue la Misión de Santiago en la región meridional. Como lo notó él mismo en el texto que puso a una de sus pinturas, allí laboró entre los nativos e incluso edificó una nueva iglesia, ya que la más antigua había sido destruida durante la gran rebelión indígena entre los años de 1734 y 1738". (2) Sobre esa rebelión indígena habíamos visto, hace poco, como fue que se dieron las ejecuciones de los padres Carranco y Tamaral, lo que hoy nos ocupa, la vida y, sobre todo el legado del padre Tirsch es en verdad sorprendente pues no fue hasta que en 1970, al imprimirse un calendario en donde aparecían algunas de las pinturas hechas en Baja California, se supo de la existencia de las mismas, se encontraban depositadas en la Biblioteca Estatal de Praga, un total de 47 trabajos, cuarenta de ellos en un formato de 49.5 x 32.5 cms, las otras siete de 34.5 x 20.5 . De ese total de 47, 39 son sobre la vida cotidiana en California, especialmente la flora y la fauna, y solo 8 reflejan escenas de la vida diaria en la ciudad de México. En la actualidad no hay un solo trabajo que nos hable de la historia antigua de las Californias, que no incluya la obra del padre Tirsch, el cual fue, por cierto, quién recibió en las Californias la de la expulsión de su orden de los territorios de Ultramar de la Corona Española. Esta que se denominó La Pragmática Sanción de 1767 decretada por Carlos III se dio a conocer en Madrid el 2 de abril de ese año, 1767; en la ciudad de México, se notificó en el Templo de la Profesa el 25 de junio; y fue el recién nombrado Gobernador de las Californias, Gaspar de Portolá y Rovira (1716-1786) quién trajo la noticia, desembarcando en San José del Cabo el 30 de noviembre de 1767. Para el 4 de febrero del siguiente año, los 14 jesuitas asentados en California parten rumbo a Veracruz para de allí continuar a Génova, en Italia. Por ley los jesuitas debían salir solo con lo que tenían puesto, todos sus bienes fueron confiscados por la Corona Española, dentro del contingente jesuita que se fue agrupando en Veracruz que venía de todos los sitios en la Nueva España en donde los Jesuitas se habían asentado llegaron dos que llevaban conciente o inconscientemente documentos por demás invaluables para la historia de México: Francisco Xavier Clavijero que pocos años después en Bolonia, Italia, escribiría su Historia de México y el padre Ignacio Tirsch que, escondidos en su hábito, llevaba los dibujos que ahora nos permiten ver las escenas de la cotidianidad californiana en el siglo XVIII. Anotamos un punto más que debemos incluir en la abundante historia del Municipio de Los Cabos: la entrada de la mala noticia para los jesuitas asentados en las Californias llegó, precisamente por San José del Cabo el 30 de noviembre de 1767. "Ignacio Tirsch, otro jesuita checo, llega a la Baja California, al ser expulsado de México su orden, lleva consigo a Praga un cuaderno de dibujos en los que refleja la arquitectura, la gente, y la naturaleza de los lugares donde vivió y que visitó. A juzgar por sus comentarios, también fue arquitecto. Según sus dibujos, se ve que trataba de implantar los modelos europeos en la Baja California. Por otra parte, sus ilustraciones son un testimonio valioso de la vida y la naturaleza en la dicha península". (3)

sábado, 13 de agosto de 2011

NUEVOS DESCUBRIMIENTOS ARQUEOLOGICOS

Se calcula que cada uno de los abrigos debió albergar a una familia de cinco o siete miembros. EL UNIVERSAL
  • Algunos ocupados hace ocho mil años
Investigadores del INAH localizaron ocho campamentos que fueron ocupados por grupos nómadas
ENSENADA, BAJA CALIFORNIA (31/ENE/2011).- Un conjunto de ocho sitios arqueológicos, algunos ocupados hace ocho mil años por grupos nómadas, fueron descubiertos por investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en el municipio de Ensenada, Baja California. Se trata de campamentos en los que además se halló gran diversidad de artefactos líticos, principalmente de obsidiana, semejantes a los que se han encontrado en la región que hoy ocupa el condado de Riverside, California (EUA). Lo anterior corroboraría la explotación que los antiguos indígenas bajacalifornianos realizaron de este mineral con fines de intercambio, informó el arqueólogo Antonio Porcayo, coordinador del proyecto de excavación. Porcayo detalló que varios de estos sitios se localizan en el interior de cuevas, y fueron hallados durante los recientes trabajos de salvamento arqueológico efectuados con motivo de la remodelación de la carretera San Felipe-laguna Chapala. Los campamentos están distribuidos a lo largo de nueve kilómetros, al Este de la Sierra de Santa Isabel, ubicada al Noreste de la entidad, y corresponden a tres momentos de ocupación, el más antiguo estaría relacionado con los grupos de pescadores que salían de la sierra a la costa del Mar de Cortés, hace por lo menos ocho mil años. 'Estos hallazgos aportarán información relevante para completar el rompecabezas de la historia de Baja California, toda vez que la arqueología de la región del Mar de Cortés es aún desconocida porque el área apenas comienza a ser estudiada'. El arqueólogo del Centro INAH-BC indicó que los sitios han sido denominados Puertecitos, El Regino, El Huerfanito, El Juanjo, Caro´s Cave, Paido´s Cave, El Zacateco y Los Pescadores. 'Entre los aspectos más relevantes de la información que arrojarán estos campamentos, destaca el intercambio de obsidiana que tuvieron con otras regiones culturales, ya que la piedra procedente de los yacimientos cercanos a esta área se ha encontrado en asentamientos arqueológicos ubicados en el norte y hasta el condado de Riverside, en California', explicó. Esto es relevante porque nunca se habían estudiado los sitios arqueológicos donde vivía la gente que la explotaba para el canje, comentgó'. Porcayo explicó que los antiguos indígenas bajacalifornianos generalmente no acostumbraban hacer edificaciones y que solamente ocupaban las cuevas para pernoctar y comer. Es así que estos sitios se caracterizan por cientos de vestigios que dan muestra de las actividades cotidianas que ahí desarrollaron, y que en este caso se han encontrado intactos desde la última vez que los grupos nómadas estuvieron ahí, comentó. Entre los materiales descubiertos en el interior de las cuevas hay fragmentos de pipas, distintos tipos de artefactos líticos, como puntas de flecha, cerámica y restos de animales que fueron consumidos por los antiguos pobladores, principalmente restos de moluscos, huesos de peces (tiburón y delfín) y de mamíferos, como venado, borrego cimarrón y berrendo. También se localizó gran cantidad de hogueras —hasta nueve en un área de 6.0 por 2.0 metros— que corresponden a diferentes épocas, de las que se recolectó carbón de diferentes contextos, a partir de los cuales se realizan los estudios de fechamiento que darán con exactitud los diferentes momentos de la ocupación. De acuerdo con estudios preliminares, el arqueólogo propone tres temporalidades distintas para los vestigios: los más antiguos podrían tener entre nueve mil y ocho años, correspondientes al periodo Paleoindio. Otros materiales alrededor de tres mil años, relativos a la época Arcaica, y los más tardíos, que se estima corresponden a los antiguos cochimíes, tendrían alrededor de mil años. Porcayo comentó que las cuevas tienen diversos tamaños, la más importante es la que han denominado Caro´s Cave, de unos 20 metros cuadrados, donde se encontró gran cantidad de los materiales citados. Se calcula que cada uno de los abrigos debió albergar a una familia de cinco o siete miembros. Así mismo en toda el área se identificaron yacimientos de ágata, riolita y obsidiana, que de acuerdo con el investigador fueron explotados por los habitantes de estos sitios para elaborar herramientas. Para corroborar el posible intercambio de obsidiana con regiones donde se han encontrado artefactos hechos con materia prima de los yacimientos de estos sitios de Baja California, actualmente, en la Universidad de Berkeley, en California, se realizan estudios químicos de los objetos líticos recién descubiertos. En tanto que los fechamientos de carbón recuperado de las hogueras se hacen en el Laboratorio de Radiocarbono del INAH, concluyó Porcayo.